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El grito de “Lorena no es aliada, es privilegiada” irrumpió el ambiente sonoro del primer cuadro de la capital de Tlaxcala; era la voz unísona del conocido “bloque negro” que encabezaba la marcha del 8M, Día Internacional de la Mujer.

Así llegaba el largo contingente, que partió desde la astabandera de la avenida Independencia, al que se sumaron estudiantes, amas de casa, maestras, empleadas de gobierno, mujeres periodistas, activistas, investigadoras.

“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, exclamaron a una sola voz las mujeres del bloque negro.

Terminaron ellas su paso, y detrás apareció un grupo de hombres y mujeres, la mayoría de ellos y ellas con gorra y con el rostro cubierto con paliacate en color morado. Era el contingente camuflado que por sus accesorios alusivos al 8M pasó desapercibido. Los encabezaba una mujer, pero los dirigía un hombre.

Así, camuflados, se insertaron casi a la cabeza de la marcha aparentemente para cumplir una consigna más política y violenta: colocar lonas con la imagen de diferentes funcionarios del Gobierno de Tlaxcala, políticos y también de algunos periodistas, y leyendas de desprestigio en contra de cada uno de ellos.

La cámara de Hay Gato Encerrado captó el paso del contingente camuflado. Hombres y mujeres que llevaban en sus manos diversas lonas ploteadas; se limitaron a caminar y agachaban el rostro, ninguno de ellos y ellas lanzó algún grito por la defensa de los derechos de las mujeres ni por la justicia que buscan las víctimas de la violencia de género.

La consigna del contingente camuflado, aparentemente, era más con fines políticos en contra de funcionarios, y de generar violencia en agravio de los periodistas.

Su primera parada fue el Museo Miguel N. Lira, allí algunos hombres se detuvieron para pegar en los muros lonas en contra del político y empresario, Juan Carlos Sánchez García, conocido como el SAGA.

También sujetaron a la pared, una lona ploteada con la imagen del actual secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, señalado por ser deudor alimentario en agravio de su hijo.

Y luego de pegar otras lonas, en el mismo museo, con la imagen y expresiones de desprestigio en contra de los periodistas, Martín Rodríguez, Edgardo Cabrera y un tercer periodista, algunos integrantes del contingente camuflado se retiraron de la marcha.

Mientras que otros miembros del mismo grupo, hombres y mujeres, continuaron su trayecto hasta la explanada del Palacio de Gobierno, y con sus manos sostenían y exhibían algunas otras lonas; por ejemplo, una con la imagen de Noe Altamirano, Secretario de Trabajo y Competitividad del Gobierno de Tlaxcala.

En la plancha de la Plaza de la Constitución, un hombre agredió a una reportera que también evidenció y exhibió al grupo de infiltrados.

La marcha del 8M, que tiene como objetivo principal alzar la voz contra la violencia de género y exigir igualdad de derechos para las mujeres, fue testigo de una escena inusual por el grupo de camuflados que irrumpió el contingente para desplegar pancartas y lonas que exhibían nombres de funcionarios públicos y periodistas.

Según ellos, buscaban exponer la corrupción y la impunidad que rodean a ciertos sectores del gobierno y la prensa, y también apoyar por las mujeres desaparecidas.