El Gobierno de Tlaxcala, a través de la Secretaría de Salud, reportó una tendencia descendente del número de casos del Síndrome de Guillain-Barré (SGB), luego de haber declarado una alerta epidemiológica, desde el pasado 5 de marzo, por esta enfermedad.
De acuerdo con el reporte más reciente, emitido hasta este 19 de abril, la entidad cumuló 90 casos de SGB, incluidas cuatro defunciones en esa misma estadística; es decir, que sobrevivieron a esa rara enfermedad 86 pacientes.
Del total de sobrevivientes, 5 continúan en hospitalización y 81 fueron dados de alta tras recibir tratamiento por Parálisis Flácida Aguda (PFA), que es la consecuencia física que deja el SGB y por la cual los pacientes pierden la movilidad de su cuerpo.
En un comunicado de prensa, enviado por la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno local, el Sector Salud informó que, de acuerdo con datos de la plataforma del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud federal, en la semana epidemiológica 16, se registró solo un caso sospechoso.
“Ello confirma una tendencia a la baja desde el 17 de marzo de 2024, que corresponde a la semana epidemiológica 12, como resultado de las acciones de cerco epidemiológico en los municipios donde se identificó a personas con el padecimiento”.
Para mitigar el aumento “inusual” de casos de SGB, el Sector Salud local, a través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coeprist), emprendió acciones como la cloración de 33 pozos de agua, el análisis bacteriológico de más de 200 muestras de carne de pollo y más de 200 capacitaciones en el manejo de cárnicos para comerciantes en pollerías.
Esto, porque, según lo advirtió la Secretaría de Salud desde que emitió la alerta epidemiológica, una de las causas principales del SGB es la bacteria Campylobacter Jejuni, que se alberga en el tracto gastrointestinal del pollo y contamina la carne al momento de la matanza del ave y del proceso de destazado.
Cuando la bacteria llega al organismo humano, sea por el consumo directo de carne de pollo contaminada o por contaminación cruzada de otros productos alimenticios, como frutas y verduras, representa un riesgo de infecciones estomacales que pueden convertirse en una enfermedad grave como el Síndrome de Guillain-Barré.
En su momento, el secretario de Salud, Rigoberto Zamudio, afirmó que todos los casos de SGB estaban asociados a la bacteria Campylobacter Jejuni, por ello las acciones preventivas que emprendió el Gobierno local con los expendios de pollo.
Sin embargo, lo anterior provocó inconformidad entre los pequeños comerciantes y los grandes distribuidores de pollo, al registrar la caída de sus ventas.
El Sector Salud de Tlaxcala indicó que, desde la emisión del aviso epidemiológico, las autoridades mantienen una campaña de orientación y asesoría dirigida a los establecimientos dedicados a la venta de carne de pollo para indicarle a los propietarios la normatividad y las medidas que deben cumplir para evitar la contaminación de carne cruda, y cuidar la salud de los consumidores.
“El Sector Salud permanece atento a la recuperación de los pacientes hospitalizados y mantiene activas acciones de promoción de medidas sanitarias para reducir los riesgos de infección por la bacteria Campylobacter, causante de padecimientos gastrointestinales, así como de la PFA”.
Sobrevivientes denuncian tratamiento incompleto
Doña Mariela, es una paciente con Síndrome de Guillain-Barré; ella no mueve sus manos, tampoco sus piernas, para nada se puede sostenerse ella misma por su propio pie.
Aun así, los médicos del Sector Salud de Tlaxcala ya la dieron de alta, pero ella permanece inmóvil sobre su cama y dentro su habitación, en su casa, y lleva así un mes.
Sus familiares denunciaron que le dictaminaron un alta solo porque recibió, unos días, tratamiento con inmunoglobulina, el cual evita que avance el síndrome que inmovilizó su cuerpo, pero ese medicamento no le ayuda a recuperar el movimiento, para ello requiere “con urgencia” de rehabilitación física la cual no le proporcionaron.
“Me suspendieron la rehabilitación, me agendan hasta el 25 de abril y se supone que ese servicio o esa sesión de rehabilitación es necesaria porque, pues, está inmóvil, está gélida, no se puede detener y, pues si me reagendan hasta otros 30 días, pues yo tengo que ver la manera de atender a mi paciente”, afirmó el hijo de la paciente.
Esta familia tuvo que asumir por su propia cuenta el tratamiento de rehabilitación física para doña Mariela, el cual es indispensable en los pacientes con SGB para que recuperen a movilidad de cada una de sus extremidades.
“Ahorita ya empiezo a mover mis dedos y ya no tengo el dolor que tenía, punzada de los pies y manos, todo eso me dolía”, expresó la mujer, quien antes de ser diagnosticada con SGB, trabajaba en una tortillería.
A Héctor, un joven de 23 años, también diagnosticado con SGB, tampoco le garantizaron el tratamiento de rehabilitación física. Él y su madre tuvieron que buscarlo en clínicas privadas y pagarlo por su cuenta.
De haber esperado hasta el 25 de abril para iniciar con su rehabilitación, doña Mariela, por ejemplo, habría quedado con discapacidad permanente, según lo advirtieron especialistas en terapia física.
“El hecho de que ellos recuperen movilidad es de suma importancia, no podemos esperar a que un paciente mejore con algún proceso médico, que es importante, pero no estimular la movilidad”, dijo Carlos Tlapa, fisioterapeuta.
“Todo el cuerpo. Todo lo que se mueve tenemos que moverlo. Debe de ser una rehabilitación temprana para evitar complicaciones y evitar una discapacidad permanente”, agrego Efrén Morales, otro terapeuta físico consultado por Milenio.
Ambos coincidieron en que, aunque en los hospitales den de alta a los pacientes con SGB, su recuperación les requerirá de seis a un año, o más, porque el haber estado inmovilizados durante semanas les hace más complicado volver a mover su cuerpo.