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Laguna de Acuitlapilco, un paisaje en crisis más allá de la sequía

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Laguna de acuitlapilco

Un paisaje en crisis más allá de la sequía

Del año 2000 a 2019 hubo un descenso en el agua subterránea de casi tres metros por año.


Por:

Ana Laura Vásquez

Dos paisajes ofrece la laguna de Acuitlapilco, en el municipio de Tlaxcala; uno donde hay agua, se escucha el pequeño oleaje, los patos nadan, el viento ulula y hasta el arena crepita.

En el otro panorama de este mismo embalse, ya no hay agua, el lodo está seco y cuarteado; todo lo que queda son los neumáticos que arrojaron transeúntes o que arrastraron las corrientes de agua, basura al descubierto y las plumas de las aves que ahí migraban cada año.

La laguna de Acuitlapilco, Tlaxcala, que abarca una extensión de al menos 70 hectáreas, se ha reducido a la mitad. Una parte de este embalse ya está seco y se aferra a sobrevivir con la caída de las lluvias de la temporada.

Y dicen los ambientalistas e investigadores que hay pocas probabilidades de recuperar la laguna si las lluvias no son abundantes y porque ya refleja las consecuencias de la sequía, de las altas y bajas temperaturas, la disminución de heladas, también por la invasión de predios para desarrollo urbano e inmobiliario, descargas de aguas negras y la sobreexplotación de los mantos freáticos por el crecimiento de la población, así como por la demanda de los sectores agrícola e industrial.

Se trata de un fenómeno ambiental más grave que solo ver el embalse con menos agua y con la mitad de su superficie seca, advirtió el investigador de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATX), Juan Suárez Sánchez.

“Este es un problema más generalizado. Aunque este problema es de muchos lugares, no es propio de Tlaxcala, sino de muchos lugares”, dijo.

Laguna de Acuitlapilco

La laguna refleja un fenómeno ambiental más grave que solo ver un embalse con menos agua y seco en la mitad de su superficie.

En entrevista con HayGatoEncerrado.com y el Laboratorio de Periodismo y Política Pública, explicó que investigaciones de la UATX, en materia ambiental, han detectado el descenso del nivel del acuífero de toda la parte baja de La Malinche, el cual nutre a los cuerpos de agua y los mantos freáticos para abastecer el área urbana de Tlaxcala, y es, precisamente, en la zona de la laguna de Acuitlapilco donde se registran los valores de reducción más considerables.

Del año 2000 a 2019, indicó, se observó un descenso en el agua subterránea de casi tres metros por año. Para dimensionar lo que esto significa, recomendó imaginar un pozo el cual reduce anualmente en tres metros su nivel de almacenamiento y a la vez incrementa su profundidad; es decir, que al paso del tiempo es más complicado extraer agua porque es menos y está a niveles más profundos.

El investigador expuso que la reducción de niveles de los mantos freáticos es uno de los fenómenos que llevó a la sequía a la laguna de Acuitlapilco y a otros embalses de Tlaxcala que dependían del agua que brotaba de los manantiales o veneros que se recargaban con el agua que captaba la zona boscosa de La Malinche.

“Estamos extrayendo agua y esto, inevitablemente, va descendiendo el nivel del acuífero; y el agua ya no brota como brotaba como cuando había manantiales y un manantial se alimenta, precisamente, del agua que infiltra”, comentó.

Si la cantidad de lluvia disminuye cada temporada, explicó, las probabilidades de captación e infiltración de agua son menores; por tanto, la conservación o recuperación de los cuerpos de agua, sobre todo de aquellos que dependen de los yacimientos, es también mínima porque están expuestos también a la sobreexplotación.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), al corte del 30 de agosto, reportaron una cantidad de lluvia acumulada en los ocho meses transcurridos de 2023 “muy por debajo de lo normal” porque faltan más de 300 milímetros para alcanzar y superar la cantidad de lluvia de 2022.

Aunque en otoño e invierno pueden registrarse lluvias, la advertencia es que difícilmente habrá una recuperación para ese “gran déficit” de lluvia en México y en Tlaxcala que se manifiesta en la reducción de agua de los mantos freáticos y en la sequía de las lagunas, como la de Acuitlapilco.  

Agua subterránea

De 2000-2019 ha disminuido en 57 metros el nivel del agua subterránea; es decir, está más profunda.

Déficit de lluvia

En la temporada de lluvias 2023, la Conagua reporta un déficit de lluvia de más de 300 milímetros en comparación con 2022.

Heladas

En los últimos 20 años, las heladas disminuyeron de 20 a cuatro por temporada invernal.

De las lanchas...

Antes solo se podía ingresar en lancha, hoy es posible caminar dentro de lo que era una laguna.

“Se acabó el agua, ya hacen hasta arrancones”

Don Victoriano todavía recuerda cuando de niño y joven, apoyado con sus burritos, acarreaba agua que colectaba de los veneros o manantiales de la laguna de Acuitlapilco hasta su casa que se ubica cerca de la iglesia de la comunidad de Atlahapa.

“Antes había unos veneros, según dicen que tienen raíces de La Malinche, y de ahí llevábamos agua potable con los burritos y con unos tambitos, hasta allá arriba la acarreábamos, pero ahora ya se acabó el agua, ya no nada. La laguna se sigue secando y ya hasta hacen arrancones con carros”, relató.

Según él, ahora que la mitad del embalse está seco, los jóvenes aprovechan el espacio de lodo cuarteado para organizar carreras con sus autos; los conocidos arrancones. En la parte seca hay evidencia de los neumáticos rodados.

Don Victoriano, como el activista Salvador Serrano González, quien pertenece a la organización Patos Verdes al Rescate de la Laguna de Acuitlapilco, espera que las autoridades hagan su trabajo para recuperar el embalse no solo de la condición climática en la que se encuentra, sino de otros fenómenos como la invasión de los predios o contaminación por aguas residuales.

Ambos saben que el nivel de agua depende de las lluvias; si hay abundantes lluvias, incrementa; si las lluvias son menores, el embalse empieza a secarse.

Recordaron que, en 1994, la laguna de Acuitlapilco se secó por completo luego se recuperó y, en 2005, otra vez registró sequía. En ese entonces le llamaban a la laguna mágica porque aparecía y desaparecía según la cantidad de lluvia, pero a partir 2018 notaron la “peor sequía” porque el nivel del agua ya no se recupera.

“Actualmente estamos ya a un cincuenta por ciento de lo que ha bajado el nivel del agua, y es muy difícil ver esta situación. Toda mi vida he visto cómo ha cambiado la laguna, nos empezamos a dar cuenta de la basura, de la contaminación y falta de reforestación, y eso fue lo que nos llevó a cuidarla y salvarla”, resaltó Serrano González.

Desde esa fecha, los integrantes de Patos Verdes emprendieron un movimiento social por el rescate de la laguna y en defensa de su territorio como zona verde y de esparcimiento.

Salen cada fin de semana a recoger la basura que dejan los paseantes y la que arrastra el agua de lluvia a través de las corrientes que se forman en las barrancas. También reforestan y, recientemente, han solicitado a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que delimite la extensión del embalse.

“Lamentablemente, de todo lo que era la laguna ya hay muchas construcciones que están dentro de la zona federal, cuando se seca la laguna los ribereños quieren aprovecharse de esas tierras que realmente le pertenecen a la laguna”, apuntó.

“Nosotros, como vecinos, por cada invasión presentamos una denuncia y hemos logrado la demolición de algunas construcciones; hay veces que no ayuda mucho el diálogo y se tiene que hacer esta denuncia para que la gente no siga invadiendo”, añadió.

Subrayó que, aunque, como movimiento social han buscado apoyo de autoridades locales de diversas administraciones fue hasta 2023 cuando hubo un acercamiento con representantes del sector ambiental del Gobierno local; sin embargo, la respuesta aun no es suficiente.

Aun así, consideró que hay avances porque, por parte de la Conagua ya han delimitado el perímetro que corresponde al cuerpo de agua en las comunidades de los municipios de Xiloxoxtla, Tepeyando y Tlaxcala, y así han recuperado 70 de las 78 hectáreas de la laguna, aunque documentos históricos evidencian que el espejo abarcaba 200 hectáreas.

“Pero a través del tiempo siempre nos hemos dado cuenta de que la laguna ha sido abandonada por el gobierno que no quiere hacer nada por esta laguna, pero sí cuando son campañas políticas se acercan a tomarse la foto, a decir ‘voy a hacer todas estas cosas por la laguna’, pero pasan todas esas campañas políticas y se queda el abandono nuevamente”, puntualizó.

Invasión

La extensión de la laguna de Acuitlapilco es una zona federal; por tanto, no es propiedad de particulares ni debería estar a la venta.  

Reforestar los bosques para disminuir la sequía, pero el problema es mayor

Reforestar el bosque de La Malinche y construir obras para infiltrar agua en las zonas boscosas es una alternativa para disminuir la sequía en los cuerpos de agua y recargar los mantos freáticos, pero eso apenas soluciona uno de los problemas en la laguna de Acuitlapilco.

Así lo coincidieron los investigadores de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATX), Juan Suárez Sánchez y Alfonso Torrejón González, del Centro Tlaxcala de Biología de la Conducta (CTBC).

“Al quitar la cubierta vegetal hemos perdido la infiltración de agua que hacía el bosque; entonces, si queremos elevar el nivel de esta laguna también podríamos apoyarla con infiltración de La Malinche, obras para infiltrar agua en la parte de los bosques”, comentó Suárez Sánchez.

Sin embargo, las condiciones actuales de la laguna, que es uno de los atractivos turísticos de la capital de Tlaxcala, también se deben, por ejemplo, a la proliferación, en la zona boscosa más importante de la entidad, de la plaga del gusano descortezador que es un efecto de la variabilidad normal del clima que se manifiesta con años de abundante lluvia o en cantidades menores a lo normal seguidos de periodos de sequía.

Esa variabilidad ocurre en periodos de dos a siete años y está asociada a la circulación de las aguas marinas y de la atmósfera a escala mundial.

El investigador precisó que cuando el periodo de lluvias sea de nivel abundante, normal o mínimo, es de siete años, va seguido de un periodo de sequía de hasta cuatro años y, en consecuencia, surgen problemas climáticos como el de la laguna de Acuitlapilco y efectos nocivos en los bosques; todo ello perjudica a los ecosistemas porque dependen uno de otro.

Recordó que el último periodo de sequía, en Tlaxcala, empezó en 2017 y concluyó en 2020, y provocó estrés hídrico en las zonas boscosas que se tradujo en sequía y en la devastación de la cubierta arbórea por plagas, como la del gusano descortezador, favorecidas con los cambios de temperatura.

Lo anterior, a su vez, ocasionó que disminuyera la capacidad de los bosques de captar e infiltrar el agua de lluvia por la falta de árboles destruidos por plagas; a esto se suma la tala clandestina.

“El programa estatal de adaptación al cambio climático, publicado en 2016, muestra evidencias de un descenso en la precipitación pluvial, a escala estado, y de un aumento en la temperatura mínima y máxima, ¿eso cómo nos afecta? El incremento de la temperatura mínima es muy importante porque en invierno tenemos heladas que representan un control, por ejemplo, de los insectos”, indicó.

“Cuando no tenemos heladas los insectos siguen su ciclo y por eso tenemos plagas como la del chapulín, la del descortezador. Las temperaturas altas también afectan porque ocasionan estrés calórico a las plantas e incrementa la capacidad del escarabajo para dispersarse en el bosque; entonces, le sumamos el que llueve menos, la variación natural, y el agua que vamos descendiendo. Por eso se agudizan estos problemas”, agregó.   

Otro problema en el ecosistema de la laguna es la llegada de aguas negras, a través de descargas ilegales, que no solo implica contaminación ambiental en el mismo embalse, sino el riesgo de un problema de salud pública porque de ahí se abastecen los mantos freáticos de donde extraen agua para uso y consumo humano las comunidades aledañas.

Para medir el riesgo ambiental y de salud pública, investigadores de la misma casa de estudios ya realizan investigaciones sobre la vegetación en el embalse, la flora y fauna, así como de genotoxicidad.

“Lo recomendable es que todas las aguas que lleguen tengan tratamiento para reducir los contaminantes, sobre todo los peligrosos porque esta agua entra en contacto con el agua subterránea y todos usamos agua subterránea; entonces, invariablemente este problema se nos va a revertir, pero lo grave es que no tengamos agua”, acotó.

En tanto, Torrejón González, resaltó que la crisis ambiental en la laguna de Acuitlapilco tendrá un efecto negativo en el turismo y la economía.

Por ello, calificó como positivo la construcción de canal, en el municipio de Tepeyanco, que sirve para captar los escurrimientos de La Malinche, durante la temporada de lluvia, y arrastrarlos hasta el embalse.

“Si en la parte alta, justo en La Malinche, se hacen trabajos de infiltración, podrías tener en algunos de estos canales un flujo un poco más constante, no hacerlo un riachuelo, pero sí tener humedad y que cuando haya una precipitación mayor tengamos un flujo más vistoso”.  

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