Por: Redacción HGE
La ciudad de Taxco de Alarcón, en el estado de Guerrero, se encuentra actualmente paralizada por las amenazas del crimen organizado, específicamente de grupos como La Familia Michoacana y Los Tlacos. Las intimidaciones, dirigidas principalmente a los trabajadores del transporte público, han convertido al municipio en un lugar desolado.
La falta de seguridad ha llevado a la suspensión de servicios de transporte, la cancelación de clases en colegios y el cierre de numerosos comercios. Imágenes de calles vacías se entrelazan en las redes sociales con videos que muestran a grupos delictivos paseándose armados por la ciudad turística.
El gobierno municipal emitió un comunicado el lunes, atribuyendo la situación a una “psicosis y zozobra” generada por “mala información” en las redes sociales; sin embargo, admitió que trabaja para reforzar la seguridad en la zona.
La escalada de inseguridad en Taxco se agravó el sábado por la noche con el asesinato a tiros de un conductor de transporte público y la herida a una pasajera, perpetrados por un grupo armado, según informes locales. La respuesta de los trabajadores fue una huelga que paralizó los servicios a partir del domingo, acusando extorsiones y violencia por parte de grupos del crimen organizado.
La población en la zona de Guerrero ha enfrentado acosos constantes tanto de La Familia Michoacana como de Los Tlacos. Similar inseguridad afecta a conductores y taxistas en Acapulco, donde las protestas por la falta de seguridad han llevado a un servicio limitado y varios asesinatos en lo que va del año.
Este escenario no es exclusivo de Taxco; la Coalición de Organizaciones Unidas de Autotransporte, conformada por ocho asociaciones, planea un paro nacional el próximo 5 de febrero para exigir una solución a la creciente inseguridad. En respuesta, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el refuerzo de la vigilancia en carreteras mediante agentes de la Guardia Nacional (GN).
En tanto, el alcalde de Taxco, Mario Figueroa, admitió recientemente que la ciudad atraviesa “momentos difíciles” debido a la violencia, desapariciones y asesinatos. El reconocimiento llegó después de que un comando armado secuestrara a 12 personas del Ayuntamiento en diciembre, con resultados desconcertantes.
A pesar de los desafíos, Figueroa ha intentado desviar responsabilidades, culpando a la “mala información”, según él, generada por “pseudoperiodistas” y difundida en redes sociales.
