Huracanes anómalos de alto impacto como “Otis” son inevitables y ocurrirán cada vez con más frecuencia en México, como consecuencia del calentamiento global, alertó el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ignacio Arturo Islas Quintanar.
El doctor de la Unidad de Investigación del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la máxima casa de estudios explicó en entrevista con EL UNIVERSAL que los fenómenos de gran magnitud son consecuencia del cambio climático, por lo que podrían pasar a condiciones de todavía mayor complicación si las poblaciones, las industrias y el gobierno no toman decisiones para revertir sus efectos.
“Buena parte de lo que ahora vemos como cambio climático, que esperábamos que no ocurriera, ya está ocurriendo y es inevitable que pasemos a condiciones de todavía mayor calentamiento, pero lo que sí podemos hacer es tomar decisiones, que, aunque son difíciles y podrían afectar mucho a la economía, prevendrían estos fenómenos.
“Hay que prever que los próximos huracanes serán de mayor impacto y afectarán cada vez más a las costas mexicanas que además ya se ven muy afectadas por algo que se llama marea de tormenta, que es oleaje que golpea a las costas y que con el cambio climático se hace más alto por el crecimiento del nivel del mar, por lo que tormentas pequeñas de categoría uno también podrían generar oleaje muy fuerte”, explicó.
Islas Quintanar aseguró que un huracán como “Otis” es un fenómeno que pocas veces ocurre y afecta a las costas mexicanas.
Calificó como insólito el hecho de que se intensificara en tan corto tiempo, pero explicó que esto se debió a dos factores: el primero es que pasó bastante tiempo en el agua absorbiendo energía de las aguas con altas temperaturas del Pacífico y, luego, que los vientos eran calmos, por lo que no lo desplazaron lejos y, eventualmente, lo llevaron a la costa de Acapulco.
“Es un huracán fuera de la norma. Muy pocas veces ocurre algo así y se puede decir que los factores se organizaron muy bien para tener esa rapidez de formación”, dijo.
Expuso que, de ahora en adelante, para prevenir mejor estos fenómenos y su impacto, los modelos de cálculo de los científicos tienen que inicializarse con nuevas observaciones adecuadas a las diferentes condiciones climáticas para que sea posible evitar desastres como el que hoy azota a Guerrero.
“Los modelos que tenemos fracasaron miserablemente. Lo que sucede no es que los modelos sean malos, sino que habrá que inicializarlos mejor.
“Es muy importante que el gobierno de México y la iniciativa privada se unan a la comunidad científica para que hagamos mejores previsiones de este tipo de tormentas, mejoremos los pronósticos y evitemos lo que ocurrió con Otis”.
**Con información de El Universal