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La búsqueda de Blanca Estela Carrera Rosas, una joven que desapareció afuera del centro nocturno “Bora Bora”, de San Pablo del Monte, Tlaxcala, donde trabajaba como bailarina y mesera, concluyó con el hallazgo de sus “restos óseos” dentro de una barranca en el municipio de Tenancingo, considerado epicentro de la trata de personas con fines de explotación sexual.

Sí, la encontraron muerta; y la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) lo confirmó casi dos meses después de su desaparición y tras una serie de negligencias, atribuibles a la dependencia, denunciadas por familiares de la víctima.

Blanca Estela desapareció el pasado 7 de junio; la última vez que se le vio con vida estaba afuera del “Bora Bora”, a las 06:00 horas, cuando había concluido su jornada laboral en ese lugar. La joven mujer vestía un “vestido entallado de color negro” y “zapatillas de color rosa pastel con diamantina”, el día de su desaparición, según lo describe la ficha de búsqueda.

Desde entonces, su familia no supo más de ella, mientras que personal de la PGJE se negó a recibir la denuncia por esa desaparición, con el argumento de que debían esperar 72 horas.

“No son 72 horas lo que hay que esperar para encontrar una persona o poner una denuncia”, expresó la hermana de Blanca Estela, de quien por razones de seguridad se omite su identidad.

“La encontramos, gracias a Dios no como queríamos, lamentablemente, pero ya se va con nosotros a nuestra casa”, agregó.

Blanca Estela era originaria de Orizaba, Veracruz; el pasado 23 de julio cumplió 27 años; era madre de dos niños y llegó a trabajar al “Bora Bora”, impulsada por la manutención de sus hijos, pero fue ahí donde desapareció.

La PGJE informó que localizó sus restos el pasado 18 de julio, en el municipio de Tenancingo; sin embargo, no reconoció que no fue resultado de su trabajo e investigaciones, sino por la colaboración de ciudadanos que, a través de redes sociales, se enteraron de que Blanca Estela estaba desaparecida.  

Fue un habitante de Tenancingo, quien el pasado 23 de junio; es decir 16 días después de la desaparición de Blanca, encontró huesos y un cráneo humano en el interior de una barranca cercana a las canchas de beisbol de esa demarcación. Junto a los restos óseos había una zapatilla con brillos que fue un indició de que podría tratarse de la mujer desaparecida.

La PGJE realizó una diligencia para levantar los restos humanos hasta el 18 de julio, luego de que familiares y activistas exigieron agilizar la búsqueda.

En un comunicado de prensa, la dependencia indicó que derivado de los protocolos de identificación, análisis y estudios científicos realizados por el área de Servicios Periciales de la Procuraduría, se determinó que los restos hallados en el municipio referido corresponden a Blanca Estela.

“No paren de buscar porque las autoridades no hacen nada”

La hermana de Blanca Estela, tras recibir sus restos, dejó un contundente y sensible mensaje para las víctimas indirectas de la desaparición de personas y para las autoridades que fueron negligentes en este caso.  

“Familias, amigos que tengan algún familiar desaparecido, no paren de buscar porque las autoridades, a veces, no hacen nada”, apuntó.

En su momento, ella y demás familiares, así como activistas, denunciaron que a Blanca Estela nadie la buscaba solo porque trabajaba como bailarina y mesera en un centro nocturno; por tanto, acusaron discriminación y revictimización.

“Pido justicia para mi hermana, es lo único que pido, justicia para ella, justicia”, acotó.

La activista Yeny Chárrez, quien se nombró asesora en el caso de Blanca Estela, se pronunció en contra del reconocimiento del trabajo sexual, el cual ejercen algunas personas adultas de manera voluntaria.

Recordó que, en el marco del Día Internacional Contra la Trata de Personas, el 30 de julio, autoridades confirmaron el hallazgo sin vida de Blanca Estela en el “corredor de la trata”, como se conoce a la zona carretera que se conecta desde el municipio de Apizaco hasta San Pablo del Monte, en Tlaxcala, y también a la zona colindante con Puebla.

“Lamentablemente, el corredor de la trata nuevamente da una persona más a la lista de personas desaparecidas, de mujeres que se tiene esa duda de qué es lo que está pasando, y de un gobierno que es permisivo porque ha permitido una serie de situaciones en este lugar conocido como el corredor de la trata”, apuntó.

Aludió que no es un lugar en específico, sino que “es un corredor” donde ocurre la “explotación sexual” que no puede ser considerada un trabajo.

“La explotación sexual es la práctica más antigua que se realiza en contra de las mujeres”, asentó.