Organizaciones de la sociedad civil y activistas de Tlaxcala convocaron a los padres de familia a recibir los libros de texto gratuito que editó el Gobierno federal y a retenerlos, en lugar de quemarlos.
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Al destacar que el contenido de los libros de texto debe analizarse conforme al contexto de cada estado de la república mexicana, activistas advirtieron que, en el caso de Tlaxcala, normalizan la trata de personas con fines de explotación sexual identificada en los municipios de la zona sur.

A recibir los libros de texto gratuitos y luego retenerlos para evitar que los estudiantes tengan acceso a sus contenidos, convocaron diversas organizaciones sociales en Tlaxcala, a los padres de familia, tras considerar que no son óptimos para la formación académica de los niños y adolescentes.

“No nos vemos quemando libros, no nos vemos en acciones a la mejor un tanto en contra de las buenas costumbres, pero tampoco nos vemos haciendo rituales satánicos. Vengo levantando la voz por aquellas familias evangélicas que nos han hecho a un lado porque nunca nos consultaron con respecto de esos libros que se hicieron, ni a nosotros ni a nadie del pueblo mexicano, dijo Toni Flores, pastor de la iglesia evangélica.

En conferencia de prensa, él, junto con representantes en Tlaxcala del Frente Nacional por la Familia, de la organización Ser Familia y activistas, señaló que los nuevos libros de texto contienen temáticas para quinto grado que deberían estar en los ejemplares que recibirán los estudiantes del primer grado, y en los libros de los primeros grados escolares hay información sexual explícita que no es acorde a la edad de los niños que apenas ingresan a la primaria.

La activista Yeny Charrez aseveró que no todo está mal en los libros, pero sí hay temas que deben ser reconsiderados porque no son los adecuados para las diversas edades de los estudiantes y los grados en los que se encuentran, según los libros que reciban.

“Estamos haciendo un llamado a que los papás reciban los libros; nosotros no vamos a decir que no los reciban, que reciban los libros, pero que paralicen todos los libros que puedan y que analicen el contenido”, apuntó.

Chárrez remarcó que los padres de familia no deben guiarse por la información que circula en redes sociales respecto de los libros de texto, sino que deben ellos mismos revisar los contenidos y, con base en sus tradiciones y costumbres, determinar si son ideales para sus hijos.

“Estamos preocupados, pero lejos de quemar los libros, no estamos en intención de convocar a que se quemen, estamos en la posición de solicitarle a los padres que los reciban, que los paralicen si es necesario y ejerzan su derecho a una carta de derechos a al amparo. Somos las familias las que determinamos la formación y educación de nuestros hijos, y la escuela es el segundo espacio más seguro”, apuntó.

En tanto, María Paulina Gallardo, vocera de la organización Ser Familia, conminó a los padres de familia a ejercer su derecho y autoridad para determinar la educación que sus hijos deben recibir porque no le corresponde al Estado, sino a la familia.

“Pero el Estado lo está queriendo imponer con estos libros y en temas que son totalmente responsabilidad de los padres. El Estado no tiene derecho a imponer, por ejemplo, temas de educación sexual, estamos en contra porque no hay una base para decir que esto va a reducir los embarazos en adolescentes.

Subrayó que en los países donde ya se ha implementado abiertamente una educación sexual integral, no han erradicado el problema de los embarazos en adolescentes y mucho menos se va a resolver con dar información sexual a los niños de primer grado de primaria.

“No estamos de acuerdo con que se hayan repartido los libros, pero no estamos incitando a la violencia, estamos convocando a que defiendan a sus hijos y que no dejen de revisar estos libros. Hacemos un llamado a los padres de familia a revisar a profundidad y a oponerse a que esto se imponga a sus hijos porque el Estado está para garantizar la educación de los niños, para proteger sus derechos, no está para imponer y no está para pervertir a nuestros niños, y nosotros no lo vamos a permitir”, acotó.

Y advierten normalización de trata de personas

Al destacar que el contenido de los libros de texto de la nueva escuela mexicana debe analizarse conforme al contexto de cada uno de los estados de la república mexicana, advirtieron que, en el caso de Tlaxcala, los libros podrían normalizar la práctica de trata de personas con fines de explotación sexual identificada en los municipios de la zona sur de la entidad.

Esto, porque los libros de texto contienen información que alerta sobre la disminución del trabajo sexual de mujeres por el incremento de los trabajadores sexuales transgénero; lo cual, según la activista Yeny Charrez, debe ser considerado como explotación, prostitución, trata de personas y venta de cuerpos, no como una actividad laboral.

Comentó que el proyecto de la nueva escuela mexicana prevé programas comunitarios; por tanto, señaló que, para el caso de Tenancingo, San Pablo de Monte y otros municipios tlaxcaltecas donde se ha identificado la práctica de trata de personas son fines de explotación sexual, las autoridades deberán prever acciones contra esa actividad ilícita a fin de no incentivarla con los contenidos de los libros de texto gratuito que advierten la merma del trabajo sexual.