Setenta y tres incendios forestales consumen la cubierta arbórea y vegetal de las zonas boscosas más importantes de México.
Lo anterior, de acuerdo con el reporte del Mapa de Incendios más reciente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Se queman los bosques de Oaxaca, hasta ahora los más afectados con 9 mil 120 hectáreas consumidas por el fuego.
También se queman las zonas boscosas de Michoacán, Guerrero, Chiapas, Veracruz y el Estado de México.
Según datos de la Conafor, para tratar de sofocar las llamas están desplegados 3 mil 737 combatientes en los incendios activos.
El fuego ya ha consumido más de 23 mil hectáreas forestales en 19 estados mexicanos; del total de los incendios 16 están activos en áreas naturales protegidas.
Con esas cifras, México se enfrenta a los incendios forestales y, al mismo tiempo, a la sequía que es uno de los factores que favorecen el fuego. El 83% de los municipios mexicanos registran falta de agua.
Aunque en menor dimensión, también se quema Tamaulipas, Chihuahua, Durango, Nayarit, Quintana Roo, Zacatecas, Jalisco, Colima, Querétaro, Puebla e Hidalgo.
Desde hace 11 días está en llamas la Selva de los Chimalapas, en el sur de Oaxaca; allí, los brigadistas han sofocado en fuego en tres de los seis focos, según la última actualización de la Conafor.
En esa misma entidad, los incendios que siguen activos en Villa de Tututepec y San Juan Tepeuxila han arrasado con 9.120 hectáreas.
Oaxaca se ha convertido en el estado mexicano donde su territorio de bosque se consume por las llamas. Es la entidad más perjudicada por los incendios forestales.
Le siguen Michoacán con 4.700 hectáreas y, según autoridades, el riesgo de un incendio es “muy alto” debido a las perspectivas meteorológicas de altas temperaturas y fuertes vientos.
En Guerrero, el fuego ha devastado 3 mil 900 hectáreas de bosque, y en Chiapas un total de 2 mil 320.
Veracruz es la quinta entidad más perjudicada por el fuego en zonas boscosas; está activo un feroz incendio en Maltrata, comunidad de la región de las Altas Montañas. Allí, las llamas ya han acabado con mil 650 hectáreas.
En los bosques del Estado de México se ha desplegado el un mayor número de brigadistas antiincendios, mil 400 personas con precisión que se coordinan con personal del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y dependencias ambientales.
Las brigadas en esa entidad cuentan con drones y helicópteros, pero aún así, el fuego ya ha consumido mil 500 hectáreas de bosque.
El fuego, junto con la tala ilegal en ese estado, son la gran amenaza para los parques y áreas naturales protegidas.
El Parque Nacional del Iztaccíhuatl-Popocatépetl fue siniestrado por un incendio en las últimas semanas.
Da cuerdo con los datos históricos del Mapa de Incendios, 2023 fue el año más crítico desde 1970; el pico más alto de hectáreas quemadas fue de más de un millón, en un total de 7.611 incendios.
En sequía 2 mil 430 municipios
Más del 83% de los municipios de México enfrenta una crisis hídrica; es decir, que están en sequía.
Esto, según el último estudio de la consultora HR Ratings, “Estrés hídrico y sus principales causas en México”.
El documento analiza los datos recabados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Solo hay 396 municipios sin sequía.
La situación se agrava al examinar la magnitud: hay más de 500 localidades en el país con sequía extrema y excepcional.
Estados como Querétaro tienen a sus 18 municipios en esta categoría extrema, Chihuahua al 94% de sus localidades, Sinaloa (77.8%), San Luis Potosí (77.6%) y Sonora (75.0%).
Los consultores de HR Ratings colectan y analizan los datos de enero de 2016, cuando únicamente Baja California y Oaxaca reportaron municipios en esos niveles de intensidad, y solo el 0.8% del total de municipios analizados de todo México contaron con esos niveles de sequía.
“Haciendo el mismo análisis con el reporte del 15 de marzo de 2024 (alrededor de ocho años después), el 20.7% del total de municipios analizados a nivel nacional se encontraron en niveles de intensidad de sequía extrema y excepcional”, cita el informe.
La consultora enfatiza que el sector agropecuario es el principal consumidor del agua en México, y como una posible solución propone “el riego por goteo”.
“La agricultura de precisión, la rotación de cultivos, la captación de agua de lluvia, el uso de abonos orgánicos y la conservación del suelo son algunas de las prácticas que el sector agropecuario puede realizar para conservar el agua”.
Además, advierte a los gobiernos sobre la importancia de hacer más eficiente la red de distribución de agua y minimizar las fugas.
“Asimismo, las inversiones en captación y almacenamiento de agua de lluvia, así como los procesos de desalinización son prácticas necesarias, principalmente para las temporadas de sequía que, con el cambio climático, cada año son más prolongadas”.
HR Ratings apela también a la conciencia pública en los ciudadanos y empresas porque la sequía, además de tener repercusiones ambientales, impacta en la economía.
“Es importante recordar que la falta de este recurso puede tener un impacto financiero relevante en las industrias y en los municipios”.