El caso de Benito resalta las deplorables condiciones en las que se encuentran muchos zoológicos en México y la urgencia de reformar las regulaciones que permiten la compra de animales salvajes sin restricciones. | Fotografía: Redes Sociales
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Por: Ana Laura Vásquez

La odisea para rescatar a la jirafa Benito, y su traslado desde Ciudad Juárez hasta Puebla, es una de las buenas noticias en el inicio de 2024, en el contexto de un país en el que abundan las noticias de tragedia y desgracia. Y el reto se logró, Benito fue rescatado y luego llevado al parque de Africam Safari.

Una jirafa de 4.5 metros de altura y casi dos toneladas de peso, viajó por carretera dentro de una caja, a bordo de un camión, monitoreada por cámaras y custodiada por policías; además del resguardo que llevaba con personal veterinario.

Después de soportar ocho meses en condiciones de vida deplorables, Benito, el majestuoso animal, finalmente ha llegado al parque de vida salvaje Africam Safari, en Puebla. Su traslado no solo representa el triunfo de los movimientos animalistas que denunciaron su maltrato en Chihuahua, sino también un rayo de esperanza para miles que siguieron la travesía de Benito a través de mil 900 kilómetros y 11 estados mexicanos.

El convoy, escoltado por la Guardia Nacional (GN) y policías estatales, llegó a las instalaciones de Africam Safari alrededor de las 4:35 de la madrugada después de más de 30 horas de viaje.

Frank Carlos Camacho, director del parque, compartió un video en redes sociales en el que destacó el buen estado de salud de Benito.

“Después de una larguísima travesía, Benito ya bajó. Lo vemos en muy buen estado, ya comió un poco, tomó agua. Está muy curioso por los olores y las cosas nuevas que hay aquí”, apuntó.

En una habitación especial para jirafas, equipada con paja, arena, viruta y calefacción, apareció Benito deleitándose con zanahorias. Camacho remarcó que su nuevo espacio garantiza condiciones óptimas para su adaptación, y estará bajo observación durante dos días antes de integrarse a una manada de siete jirafas.

El traslado no habría sido posible sin la presión de ciudadanos agrupados en el movimiento ‘Salvemos a Benito’, que denunciaron el deterioro de sus condiciones en Ciudad Juárez.

La lucha judicial para su rescate evidenció la falta de coordinación entre el Gobierno de Chihuahua y el Gobierno Federal, prolongando la agonía del animal.

“Estamos agradecidos con la gente de Juárez, a pesar de que ha estado en condiciones difíciles, va a llegar a ser el semental de este grupo maravilloso y de esta nueva familia donde va a estar”, expresó Camacho.

La atención ahora se centra en los próximos pasos para la adaptación de Benito a su nuevo hábitat. El representante de Africam Safari subrayó la importancia de introducir gradualmente una nueva dieta, compuesta por ramas de acacias africanas. Este cambio simboliza un giro crucial hacia un entorno más acorde con las necesidades naturales del animal.

El caso de Benito resalta las deplorables condiciones en las que se encuentran muchos zoológicos en México y la urgencia de reformar las regulaciones que permiten la compra de animales salvajes sin restricciones.

A medida que la conciencia ciudadana sobre los derechos de los animales crece, movimientos sociales, como el de ‘Salvemos a Benito’, ganan fuerza y se proponen liberar a otros animales que enfrentan situaciones similares en distintas partes del país.