Comparte con los demás.

Además de cargar con la mochila escolar de sus hijos, todos los días los padres de familia de la escuela primaria Elsa Córdova, de Chimalhuacán, Estado de México, deben llevar también una o dos cubetas con agua.

Así lo han hecho desde hace meses, debido a que la institución escolar y toda la comunidad carece de agua potable para uso y consumo humano.

“Ya tenemos más de tres meses acarreando la cubetita de agua porque aquí están nuestros hijos. Yo creo que es una falta de higiene, el que los niños, porque las necesidades del cuerpo son necesidades; a ellos se les presenta la necesidad de ir al baño y, obviamente, ¿cómo?, si no hay agua”, relató una madre de familia.

Entre 25 a 40 minutos caminan las madres y los padres de familia sobre los terrosos caminos de la colonia La Joya, hasta llegar a la escuela. Cargan una o dos cubetas de agua, o, en su caso, un garrafón.

Se ha vuelto para ellos una práctica diaria porque de no hacerlo, ante la falta de agua, la dirección escolar se ve obligada a suspender las clases por razones de higiene en los sanitarios escolares y para los alumnos.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han reconocido una crisis hídrica en México.

De acuerdo con informes de ambas instituciones, el 60 por ciento de los cuerpos de agua en el país presenta algún grado de contaminación, 157 acuíferos están sobreexplotados, además de que 50 por ciento del territorio ha perdido su cobertura vegetal original.

Todo ello, sumando al cambio climático, se traduce en escenario de alteración del sistema hidrológico.

Y las consecuencias las viven las comunidades en sus actividades diarias, como el acudir a la escuela con una cubeta de agua porque de plano las instituciones educativas ya no cuentan con ese recurso natural.

“Tengo como unos tres meses que empecé a cargar las cubetas, porque anteriormente no traía, pero ya ahorita vimos que de plano no hay, pues ya las traemos”, expresó Sarahí, madre de familia.

Imagen ilustrativa.

El director de la primaria, Vicente Aguiñaga, indicó que la compra de pipas de agua para resolver el problema ya no son una opción debido a su alto costo.

Detalló que la escuela tiene una matrícula escolar de 500 alumnos, a quienes no se les puede negar el acceso al baño por falta de agua o la higiene en sus manos al momento de consumir sus alimentos.

Aseveró que comprar pipas de agua se ha vuelto insostenible tanto para la dirección escolar como para los padres de familia, de ahí la necesidad de que todos los días ellos deben cargar una cubeta o garrafón con el vital líquido.

“Están como en 200 pesos cada tambo, y un tambo tiene unos 200 litros, el abastecimiento para los sanitarios es de aproximadamente dos mil litros, estamos hablando de unos mil 500 o dos mil pesos solo para un día ordinario”, comentó.

Los padres de familia no tienen otra opción más que acarrear agua para llenar la cisterna de la escuela, en su caso, esperar a que el Organismo de Descentralizado de Agua Potable de la localidad les haga llegar una pipa de agua gratuita, algo que pocas veces ocurre porque, incluso, los afectados han protagonizado manifestaciones en demanda del servicio de agua potable para las escuelas y las viviendas.

En meses pasados, padres de familia de la escuela primaria Elsa Córdova se manifestaron por la falta de agua en la institución.